MUSEO DE BELLAS ARTES DE BADAJOZ

COLECCIÓN. HISTORIA

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UNA PINACOTECA DEDICADA
A LA PLÁSTICA EXTREMEÑA

El origen de la colección del Museo de Bellas Artes se localiza en el apoyo económico que la Diputación de Badajoz dispensó a los artistas pacenses desde el último cuarto del siglo XIX y que, en contrapartida, se veía recompensada con los envíos de obras de los pensionados y por las donaciones de estos a la institución bajo cuyo amparo tuvieron la ocasión de formarse en otras ciudades.

En agosto de 1919 comenzaba la andadura del Museo y la apertura al público de sus primeras salas tenía lugar en enero de 1920, con un total de 58 obras. En nuestros días, la pinacoteca constituye una institución centenaria identificada principalmente por una colección dedicada a la plástica extremeña que cuenta con más de 2000 piezas.

Sus fondos artísticos, declarados Monumento Histórico-Artístico en 1962 en virtud de su destacado interés y por el hecho de constituir un conjunto cultural de indiscutible valor, son en la actualidad un conjunto patrimonial de obligada referencia regional y nacional.

Ortega Muñoz, Ángel Duarte, Juan Barjola, Timoteo Pérez Rubio, Isaías Díaz, Adelardo Covarsí, Antonio Juez, Eugenio Hermoso, Pérez Jiménez, Torre-Isunza, Aurelio Cabrera, Bermudo Mateos, Felipe Checa, Nicolás Megía, Francisco de Zurbarán y Luis de Morales, son algunos de los nombres de los artistas extremeños que marcan el recorrido de la colección.

El museo cuenta también con la obra de artistas nacionales de reconocido prestigio, como José Nogué, Oroz Lacalle, Sorolla, Gutiérrez Solana, Mongrell, Paternina, Ramírez Ibáñez, Álvarez Dumont o Eduardo Rosales, cuya presencia en la colección da realce a la misma. Algunos de estos artistas nacionales están representados merced a la política de depósitos establecida con el Museo Nacional Reina Sofía y el Museo del Prado.

La adaptación de la colección a la nueva arquitectura que la acoge hace posible la construcción de un nuevo discurso expositivo innovador, renovado, que se transforma adecuándose a un nuevo tiempo. El MUBA ofrece ahora una nueva lectura, atractiva y evocadora que permite al visitante viajar hacia el pasado en un recorrido discursivo desde el presente. El nuevo recorrido permite al visitante viajar hacia el pasado a partir de un discurso narrativo y plástico que comienza con las piezas del siglo XX y XXI y que concluye con las más antiguas, las del siglo XVI.