MUSEO DE BELLAS ARTES DE BADAJOZ

dibujo y grabado


  • Grabado de Naranjo
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  • Grabado de Naranjo

Eduardo Naranjo

Monesterio (Badajoz), 1944

Naranjo, pintor consolidado, de minuciosa técnica y personal estilo, nace en Monesterio para trasladarse pronto a Sevilla, donde comenzará su andadura en el aprendizaje de las Bellas Artes, que habrá de continuar en Madrid como alumno de la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando durante la década de los 60. Comienza a definir su estilo a lo largo de esta etapa, conocida como "informal neo-figurativa", siendo calificadas algunas de sus obras de este momento como expresionistas. Durante este período Naranjo se adentrará incluso en el campo de la abstracción para, a partir de la década de los 70, apostar definitivamente por los presupuestos realistas e hiperrealistas, que podríamos definir de manera más concreta como realismo onírico, pues sus obras son realmente retazos de mundos, tan próximos y a la vez tan lejanos al nuestro, aproximándose así al surrealismo.

Eduardo Naranjo no solo es un pintor de refinada técnica, si no que además es un excelente grabador. En ambas facetas, tanto la de grabador como la de pintor, el artista demuestra una habilidad consumada para la representación figurativa, que crea con delicadeza, calma y serenidad, sumado a su compleja técnica. Naranjo ha sido galardonado en numerosas ocasiones a lo largo de su trayectoria, incluyendo la Medalla de Extremadura.

Eduardo Naranjo está representado en el MUBA en su faceta como grabador. Destaca así su serie La Creación, donde representa en siete grabados su personal visión sobre el Génesis bíblico; la obra es técnicamente compleja, empleando el artista varias planchas para la consecución de cada grabado, con lo que logra imprimir patrones de color más complejos y calidades que atestiguan su virtuosismo. Otras obras pertenecientes a los fondos del museo son El sueño, El ensueño o la ensoñación, donde el artista nos muestra diferentes facetas de su personal visión onírica. Del Naranjo dibujante destaca Sueños blancos, retrato de Taciana Fisac.